“La falta de elegancia parecería que consiste en imponerle a los demás sus gustos, sus pertenencias, sus razones, su cociente intelectual, sus insistencias de salvar al mundo, que equivalen a ponerse enfrente de los demás y taparles la vista y taponearles sus pensamientos y cerrarles el paso, obligando a los demás a ver, oír y responder lo que no les interesa. Quien acapara una conversación no puede ser muy elegante. Quien hace sentir mal a los demás, tampoco”.
quarta-feira, 7 de agosto de 2013
la elegancia
"La elegancia no es un curriculum vitae, sino una actitud ante la vida, un modo de mirar el mundo, y entonces, paradójicamente, para ser elegante hay que empeñarse en no empeñarse, tarea sutil, refinada e inteligente como pocas (...) o tiene nada que ver con el dinero ni la dominación ni las clases altas."
“La falta de elegancia parecería que consiste en imponerle a los demás sus gustos, sus pertenencias, sus razones, su cociente intelectual, sus insistencias de salvar al mundo, que equivalen a ponerse enfrente de los demás y taparles la vista y taponearles sus pensamientos y cerrarles el paso, obligando a los demás a ver, oír y responder lo que no les interesa. Quien acapara una conversación no puede ser muy elegante. Quien hace sentir mal a los demás, tampoco”.
“La falta de elegancia parecería que consiste en imponerle a los demás sus gustos, sus pertenencias, sus razones, su cociente intelectual, sus insistencias de salvar al mundo, que equivalen a ponerse enfrente de los demás y taparles la vista y taponearles sus pensamientos y cerrarles el paso, obligando a los demás a ver, oír y responder lo que no les interesa. Quien acapara una conversación no puede ser muy elegante. Quien hace sentir mal a los demás, tampoco”.
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